domingo, 30 de octubre de 2016

Mirando a la Asamblea Federal... y más allá

El próximo viernes comienza la III Asamblea Federal de EQUO. Será la primera asamblea a la que puedo asistir, y lo hago encantado de aportar mi granito de arena. Coincido en que se trata de una encrucijada clave para el futuro de nuestro joven partido. Por lo tanto no cabe hacer un simple análisis sobre caras y nombres, sino que ante todo las gentes de EQUO hemos de preguntarnos hacia dónde debe avanzar el partido, y qué personas son las más adecuadas para afrontar ese reto.

En ese sentido la primera cuestión que debemos valorar es si el partido ha sido capaz de cumplir las expectativas que se crearon en 2011, y si nuestra base electoral y social ha crecido desde entonces. La respuesta evidente es "NO". Es cierto que nos hemos ganado una merecida presencia institucional en algunos municipios, parlamentos autonómicos e incluso en el Congreso de los Diputados, pero ha sido en buena parte gracias al músculo electoral de otras formaciones que han concurrido junto a la nuestra.

No es cuestión de lamentarse por las oportunidades perdidas o por lo que se ha hecho mal, pero sí ser conscientes de que algunos errores son letales para un partido como EQUO, incluso a corto plazo. A ellos me referiré a continuación, y los ligaré con mi opinión sobre qué personas o propuestas son más adecuadas para liderar ese cambio imprescindible.

En primer lugar, si he de señalar una causa de nuestro estancamiento, la tengo clara: EQUO no tiene un discurso diferenciado y reconocible dirigido a resolver los problemas de la gente. Seamos conscientes de que nos votan las personas, no el medio ambiente. En consecuencia, nuestro mensaje debe ir dirigido a que las personas perciban la ecología política como parte de la solución a sus problemas, y no como parte de sus problemas. Asustar con el cambio climático no nos da votos; explicar a la gente que luchar contra el cambio climático crea empleo, sí.

En consecuencia EQUO debe variar su discurso de forma radical. Nuestro país no es equiparable a los del norte de Europa. Aquí el activismo ecologista es muy reducido, acorde con la escasa o nula sensibilidad medioambiental de nuestra sociedad. Elaborar un discurso para toda esa mayoría que no es militante, y ser capaces de transmitirlo a través de mensajes claros y comprensibles, es una tarea más compleja de lo que parece. No basta con ser buenas activistas, informadas y comprometidas; es necesario tener una sólida formación política, un cuerpo ideológico y propositivo muy trabajado, y además ser excelentes comunicadoras. Es este sentido considero que la propuesta de "EQUO 2.0" es más acertada que la de "EQUO en acción". De hecho, creo que "EQUO 2.0" es la única que da respuesta a esta necesidad de variar nuestro discurso para tratar de asegurar nuestra presencia en el panorama político español.

Y precisamente por eso creo firmemente que la persona más idónea para ocupar una de las portavocías de EQUO es Florent Marcellesi. No es casualidad que Florent fuese el primero en introducir en EQUO el término "ecología política". Ya desde la creación de EQUO, pero aún más desde su elección para el Parlamento Europeo, Florent ha ido marcando el discurso de EQUO con términos fundamentales como el "empleo verde" o los "refugiados climáticos", algunas de las ideas lanzadas por EQUO que han tenido mayor eco a nivel social y mediático. Se nota su excelente base política y el bagaje que va acumulando de su contacto con los partidos verdes europeos más potentes. Sin duda es mi candidato.


Junto a Florent, creo que Rosa Martínez también es la mujer más preparada para ocupar la otra coportavocía. Se nota igualmente su alta preparación política, capaz de hilar el discurso verde con cuestiones tan poco "ecologistas" como la política industrial o los derechos sociales, por no mencionar la imprescindible vertiente feminista que debe de tener nuestro discurso. Pero es que además Rosa tiene una enorme capacidad comunicativa y una imagen mediática innegable, algo fundamental para llegar a medios de difusión como el formato televisivo, del que EQUO ha estado "desaparecido" en estos años.


¿Significa eso que no hay sitio para Juantxo López de Uralde en EQUO? En absoluto. Precisamente Juantxo es en España el referente verde por excelencia, la figura visible de EQUO durante estos años. Si bien ya he referido las limitaciones propias de un discurso activista en la portavocía, por el contrario tengo claro que la figura referencial de un activista como Juantxo en el Congreso es fundamental para dar visibilidad a EQUO en el ámbito institucional. Por todo ello no veo con agrado que las elecciones para la CEF se estén tomando como un plebiscito en favor o en contra de Juantxo. Si no somos capaces de ver más allá, el resultado será necesariamente malo para EQUO y malo para Juantxo.

Junto con la construcción de un discurso alternativo, creo que la otra cuestión fundamental en EQUO es el cambio de talante en los órganos de dirección del partido. Necesitamos una CEF con personas dispuestas a trabajar de forma abierta y democrática, capaces de entender nuestro partido como una cooperativa plural, y no como un coto cerrado. En este punto creo que también la iniciativa "EQUO 2.0" parte con ventaja, por el perfil y la trayectoria de las personas que la componen. Y entre ellas vuelvo a destacar la figura de Florent Marcellesi. Su forma de trabajar codo a codo junto a Jordi Sebastiá en el Parlamento Europeo es el ejemplo claro de lo que quiero para EQUO, y no lo que hemos vivido durante los últimos meses a nivel federal.

Sin embargo, de cara a la composición de la futura CEF creo de justicia resaltar un nombre integrado en la candidatura de "EQUO en acción": Jon Ruiz de Infante. Cuando en ocasiones me han preguntado por el éxito político alcanzado por EQUO en Euskadi, tengo claro que personas con el talante de Jon, Florent o Rosa han sido claves para explicarlo. Hacen falta personas dialogantes, trabajadoras, preparadas y responsables como ellas para construir un partido más amable y eficaz. Al fin y al cabo, uno de los mandatos de los verdes es el de cuidarnos. Y, por encima de nuestras diferencias coyunturales, eso también debería de ser nuestra prioridad. Más allá de la Asamblea Federal...